2023 · 06 · 19

Rashid Khalidi: ‘La política de asentamientos de Israel es imposible sin el apoyo de EEUU y Europa’

Quiero acabar con el mito de que es un conflicto entre israelíes y palestinos. Quiero poner luz y esclarecer que es un conflicto en el que las potencias internacionales son las primeras beneficiadas. Israel actúa con tanta impunidad. Hemos visto una respuesta muy enérgica por parte de Europa y de Estados Unidos a causa de la invasión de Rusia del territorio ucraniano, algo que no se ha visto en el caso de Palestina. Rusia está bajo sanciones y a Israel, en cambio, nunca se le sanciona. Por lo tanto, hay una doble moral. Se mueven dentro de la hipocresía.

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El escritor e historiador estadounidense de origen palestino-libanés, Rashid Khalidi, da una nueva visión del enfrentamiento palestino-israelí en el ensayo Palestina. Cien años de colonialismo y resistencia, publicado por Capitán Swing. Se trata del primer relato general del conflicto contado desde una perspectiva palestina y arranca en 1899, cuando su tatarabuelo Yusuf Diya al-Khalidi, entonces alcalde de Jerusalén, escribió una carta al padre del sionismo, Theodor Herzl, cuestionando su llamamiento a crear una nación judía en Palestina. La presente entrevista tuvo lugar con la traducción simultánea de Isadora Prieto.

Plantea el conflicto palestino-israelí como una colonización. ¿Se puede comparar con las tribus americanas?

Es una buena comparación. Es un colonialismo de asentamiento de un grupo en un territorio ya habitado. En Norteamérica algunos de los asentamientos sí implicaron la extinción de los pueblos originales. Sin embargo, esto no ocurrió en Palestina. Israel lo ha intentado durante todos estos años, pero no lo ha conseguido. Palestina sigue resistiendo, entre el río y el mar.

Comenta que es un momento duro en Israel. Pero, ¿no ha sido siempre así? Ben Gurion, Ariel Sharon...

Este gobierno es más extremista, sin duda. Pero hay una continuidad. Es decir, no es el gobierno actual el que empezó la ocupación de la Franja de Gaza y de Cisjordania, por ejemplo. Se inició en 1967 bajo el Gobierno Laborista y nunca se ha dado por terminada. No es este gobierno el que niega los dos estados, simplemente es la continuidad de una política. No obstante, si hay algo positivo es que, por lo menos, es honesto.

¿Por qué cree que Israel actúa con tanta impunidad?

Hemos visto una respuesta muy enérgica por parte de Europa y de Estados Unidos a causa de la invasión de Rusia del territorio ucraniano, algo que no se ha visto en el caso de Palestina. Hablamos de una ocupación que en Crimea dura 14 años y poco más de 12 meses en otras partes de Ucrania. Mientras, la ocupación del territorio palestino dura 56 años. Rusia está bajo sanciones y a Israel, en cambio, nunca se le sanciona. Por lo tanto, hay una doble moral. Se mueven dentro de la hipocresía porque así como el resto del mundo sí que ve la ocupación de Palestina, en Estados Unidos y Europa pasa desapercibida.

A sus nietos les desea que puedan ver el fin del conflicto. ¿Cree en una solución pacífica?

Sí. Soy optimista. El colonialismo no es un proyecto del siglo XXI, sino un reducto del XIX y depende del apoyo exterior. A europeos y estadounidenses toca darnos cuenta de que los proyectos de colonización están pasados de moda porque el resto del planeta ya lo ha visto.

¿Todavía serían posible dos estados?

Hace mucho tiempo hubiera sido posible. Quizás en 1991, en las negociaciones de Madrid, hubiera habido alguna posibilidad, quizás no. Pero la política basada en los colonos, en los asentamientos es imposible sin el apoyo de EEUU y de Europa. Entonces, o la comunidad internacional hace algo para fortalecer la solución de dos estados o, de lo contrario, que se callen, que no hablen de una posibilidad que ni siquiera apoyan. Y a partir de ahí, deben pensar juntos en una nueva solución.

¿La Autoridad Nacional Palestina y Hamás han tirado la toalla?

Ninguno de los dos tiene una estrategia para lograr la liberación del pueblo palestino. De hecho, no creo que tengan estrategia de ningún tipo. No tienen ni siquiera negociación internacional, ni una resistencia, ya sea violenta o no. Están acabados políticamente.

¿Ha tenido contacto con los jóvenes de los territorios ocupados en los últimos tiempos?

Me reuní con jóvenes el pasado marzo, en Palestina. Están tan decepcionados con la ocupación como con la Autoridad Nacional Palestina.

Divide el libro en seis declaraciones de guerra. Sin embargo, ¿cómo han intervenido los hechos religiosos o políticos como la visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas o instalar la embajada de Estados Unidos en Jerusalén?

Estos hechos significan un punto de inflexión. Por ejemplo, cuando Sharon fue a la Explanada de las Mezquitas provocó la Segunda Intifada así que, evidentemente, tuvo un impacto sobre una parte de la población. Pero he elegido distribuir el libro en estos seis capítulos porque me parece importante acabar con el mito de que es un conflicto entre israelíes y palestinos. Quiero poner luz y esclarecer que es un conflicto en el que las potencias internacionales son las primeras beneficiadas y que las diferentes guerras han estado financiadas por Estados Unidos y Europa.

¿También han dejado sola a Palestina los estados árabes?

Se puede decir que el conflicto entre Israel y los estados árabes se dio por finalizado hace 40 años, aunque no haya habido tratado de paz ni con Siria ni con Líbano. Por tanto, estamos en una época diferente a la que los ejércitos árabes resistían contra Israel. Lo que no ha cambiado es la opinión pública de esos países, que sigue apoyando al pueblo palestino. Pero para que esto tenga un impacto en sus gobiernos, hay que esperar a que haya gobiernos democráticos, cosa que en estos momentos no hay.

¿Diría que Israel es un Estado democrático teniendo en cuenta el diferente estatus de sus ciudadanos, según el origen?

Se autodenomina un Estado democrático y judío. Es un Estado democrático para la población judía; un Estado judío para sus ciudadanos árabes y una dictadura militar para los cinco millones de palestinos encerrados en los territorios ocupados. Si entendemos a EEUU como un Estado democrático durante la época de la esclavitud, el Estado de Israel también lo sería. Sin embargo, considerar democrático a un país que lleva a cabo una ocupación militar de otro territorio, sería un error. De hecho, la ocupación no está a 6.000 kilómetros, sino al lado de Tel Aviv. De igual manera, es antidemocrático tener a 750.000 colonos asentados en territorio ocupado palestino.

¿Cree que Israel se ampara en el Holocausto?

Es una pregunta difícil. Al inicio, en 1948, era un factor muy importante, pero desde entonces, Israel ha generado un relato con el que nos ha engañado a europeos y yankees. En realidad, ni siquiera los judíos dijeron que Palestina era una tierra sin gente, sino que fue un presidente de la Unión Europea quien afirmó que Palestina era un desierto que los judíos harían florecer. O sea, que somos nosotros, europeos, los responsables. Otra de las mentiras de la historia es que Palestina es una tierra sin pueblo e Israel, un pueblo sin tierra. Esta narrativa israelí incluye diferentes mitos, es mucho más complejo que simplemente ser una consecuencia del Holocausto.

¿Por qué tanto encarnizamiento con la Franja de Gaza?

Evidentemente, Gaza es el territorio más castigado. Está bloqueado, solo pueden exportar bajo la supervisión de Israel y la población únicamente puede entrar y salir con permiso israelí. Es una población de dos millones de personas en una jaula, en una prisión y cada año el Estado de Israel asesina a miles de personas con bombardeos. Cisjordania también sufre y es víctima, pero la Franja de Gaza es la más atormentada.

¿Por qué motivo?

El objetivo es mantener a la población dividida y que ambos territorios no se unan. Sí que es cierto que en el Estado de Israel hay consenso de que Cisjordania sea absorbida. Este no es el caso de Gaza porque los asentamientos que hubo en su momento, fueron desplazados por Sharon. Entonces, lo que quiere el Estado de Israel es aislar Gaza y cuando el pueblo resiste, lo castiga. No obstante, cuando Cisjordania resiste, también es castigada y los que son castigados son los civiles. Es lo que se suele llamar “daños colaterales”. Evidentemente, esto podría ser una explicación medio razonable si fueran dos civiles los fallecidos y el resto milicias, pero esto nunca es el caso. Por ello, no se pueden llamar daños colaterales porque el objetivo son los civiles.

¿Se puede hablar de genocidio?

No. El término correcto sería limpieza étnica. Se han cometido muchos crímenes de guerra y de lesa humanidad, pero no creo que genocidio sea el término correcto. Apartheid sí, sería un crimen de guerra. Tener dos sistemas legales para dos poblaciones diferentes también es un crimen de guerra. El uso desproporcionado de la fuerza también lo es. Hay una lista infinita de crímenes de guerra porque asesinar brutalmente a la población civil también lo es. El sociólogo Kimmerling Baruch habla de “politizar”. Y ese sí que es un término apropiado. Es decir, cuando un ministro israelí dice que el pueblo palestino no existe, esto es justamente lo que lo define. En cualquier caso, genocidio, no.

Fuente: www.diaridetarragona.com