2009 · 01 · 14 • UNICEF

Los niños de Gaza pagan el costo psicológico del conflicto: "Quiero que termine la guerra"

Los niños y niñas de Gaza disponen de tres horas por día en las que, en teoría al menos, pueden salir sin peligro de sus viviendas. Pese a que los ceses del fuego humanitarios son solamente provisionales, ofrecen cierto respiro a quienes deben obtener alimentos y agua o recuperar sus posesiones de los hogares que perdieron o debieron abandonar. En Sheikh Radwan, los niños escalan los escombros en busca de objetos familiares, mientras tratan de comprender lo que le ha sucedido a su comunidad en las últimas dos semanas. "Esta era la casa del abuelo", dijo Ehab, de 12 años de edad. "Cuando escuché el bombardeo salí corriendo. Vi cuando los proyectiles alcanzaban la casa"

Los niños y niñas de Gaza disponen de tres horas por día en las que, en teoría al menos, pueden salir sin peligro de sus viviendas. Pese a que los ceses del fuego humanitarios son solamente provisionales, ofrecen cierto respiro a quienes deben obtener alimentos y agua o recuperar sus posesiones de los hogares que perdieron o debieron abandonar.

En Sheikh Radwan, los niños escalan los escombros en busca de objetos familiares, mientras tratan de comprender lo que le ha sucedido a su comunidad en las últimas dos semanas.

"Esta era la casa del abuelo", dijo Ehab, de 12 años de edad. "Cuando escuché el bombardeo salí corriendo. Vi cuando los proyectiles alcanzaban la casa y cuando se rompieron las ventanas y las puertas. No queda nada, esto ya no es una casa".

La intensificación del conflicto

Se trata de una historia que se repite a lo largo y lo ancho de Gaza, donde el conflicto se agrava a medida que avanzan las incursiones por tierra. Según el Ministerio de Salud, ya han muerto 854 palestinos y más de 3.680 han resultado heridos debido al conflicto armado.

UNICEF calcula que en el territorio hay más de 400.000 personas que carecen de agua corriente. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que el sistema de salud pública está a punto de colapsar.

"No tenemos ni electricidad ni gas. ¿Ve que todos los cables eléctricos están caídos?", señaló una mujer al describir la destrucción de su hogar. "No hay agua... ¿Qué comeremos? No hay trigo, no hay pan, no hay nada".

Hay que crear espacios seguros

Para los niños, los peligros cotidianos resultan mucho más aterradores debido a que no hay manera de evitarlos ni de huir de ellos. No hay refugios antiaéreos y las fronteras están cerradas. Los trabajadores de UNICEF informan que muchos niños han sufrido traumas tan graves que no pueden hablar.

"En estos momentos no hay ningún sitio seguro para los niños, niñas y familias de Gaza", afirmó Patricia McPhillips, Representante de UNICEF en el Territorio Palestino Ocupado. "Es necesario que se ponga fin a las hostilidades para que podamos suministrar agua, medicamentos y otras formas de ayuda que los niños necesitan con urgencia. Y mientras esperamos que terminen los combates, debemos crear espacios seguros en Gaza para que podamos distribuir los suministros que acopiamos de manera preventiva en la región".

A pesar de todo lo que han visto en las últimas dos semanas, los niños y niñas de casa mantienen la esperanza de un futuro mejor.

"Quiero vivir como los demás niños del mundo", comentó un chico llamado Mahmoud. "Me gustaría que terminara la guerra y que pudiéramos volver a la escuela".

UNICEF